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07 Sep 2020 - 09:25

Guía para convertirse en realfooder

El realfooding ha llegado para quedarse. Y este método para comer comida real, que es lo que promueve este movimiento, es muy sencillo de seguir. Solo basta seguir unos pasos para convertirse en un auténtico realfooder, ¡y vivir de manera saludable! Vamos a descubrir qué cosas hay que tener en cuenta.

 

El realfooding, el movimiento sobre la comida real.

Este movimiento nace de la mano de un nutricionista en España, que quiere transmitir un estilo de alimentación que se basa en eliminar alimentos ultraprocesados en la dieta diaria. Se basa en la comida real, en comer alimentos que no han sido modificados o tratados, o se han manipulado mínimamente, antes de llegar a las manos del consumidor.

Por lo tanto, la base de este estilo de alimentación es conocer qué alimentos son reales y qué alimentos son ultraprocesados no deseables.

Veamos cinco pasos a seguir para convertirte en realfooder.

Tu cesta debe tener mayor cantidad de alimentos sin procesar

Debe haber mayor proporción de alimentos sin procesar, y estos son los que se recolectan y llegan a las manos del consumidor sin haber sufrido apenas manipulación. Bien, quizás se han lavado o metido en cajas, pero su composición nutricional permanece intacta desde su recolección. Y ejemplos de ellos son los huevos, las frutas, las verduras, las carnes y pescados no procesados.

 

Cuidado con los procesados enmascarados

Aquí nos podemos encontrar alimentos que creemos que son saludables porque relacionamos el concepto de “ingrediente principal” con las características de ese ingrediente sin manipular. Pero lo cierto es que no es así. Nos referimos por ejemplo a carnes procesadas tipo hamburguesas, pescados procesados (tipos barritas de cangrejo o surimis)…este tipo de procesados que solemos englobar en “carnes”, no tienen las mismas propiedades que las carnes sin procesar, ya que en su elaboración han añadido ingredientes como grasas, féculas… además de conservantes y sal, entre otros.

 

 

Sonríe a los buenos procesados

Pero no todos los productos que han pasado por un procesamiento industrial o artesanal son malos. Los buenos procesados son alimentos reales que sí que han sido procesados añadiendo o quitándoles algún ingrediente o aplicando algún tratamiento o procesamiento con el fin de hacerlos más seguros para el consumo humano. También pueden haber sido procesados para hacerlos más fácilmente comestibles o alargar su vida útil. Ejemplos de buenos procesados serían la leche UHT, los yogures y productos fermentados, el aceite de oliva virgen extra, los panes 100% integrales, las legumbres de bote, el jamón ibérico de bellota, la comida real congelada (fruta, verdura, pescado…), pescado en latas, gazpacho o salmorejo envasados…

 

Leer etiquetas para descubrir malos procesados

Hay que aprender a distinguir los buenos procesados de los malos, ya que aquí es donde podemos cometer el error de incluir algún alimento a la cesta poco recomendable. Los malos procesados son los ultraprocesados. Esto hace referencia a aquellos alimentos que son producto de la mezcla de varios ingredientes normalmente sintéticos. Son alimentos que requieren un gran proceso industrial y suelen ser muy duraderos, listos para consumir, muy palatables… Por ejemplo: zumos envasados, refrescos, pizzas industriales, galletas y derivados, precocinados y listos para calentar, dulces y helados, salsas comerciales…

Para identificarlos de manera sencilla basta con leer la etiqueta de los productos: si tienen 5 ingredientes o más, entre los que podemos encontrar aceites vegetales refinados, harinas refinadas, azúcares añadidos… es un ultraprocesado.

 

Come con medida

Aunque no es uno de los principios fundamentales del realfooding, ya que este solo hace referencia a la calidad de los alimentos que ponemos en el plato, es fundamental tener en cuenta la cantidad que comemos. Porque aunque decidamos comer alimentos reales sin procesar, si comemos una cantidad elevada, estaremos igualmente aportando más cantidad de calorías de las que probablemente necesitamos. Por lo tanto, medir lo que ponemos en el plato es también imprescindible para dar al cuerpo solo lo que realmente necesita. Comer comida real y comer con hambre real son dos conceptos que van unidos, ¡escucha a tu cuerpo!

 

Ahora que ya conoces los puntos para ser un auténtico realfooder, ¿qué te parece si empiezas por hacerte una deliciosa hamburguesa vegetariana con manzana? Ah, ¡recuerda escoger bien los alimentos para que sean reales o buenos procesados antes de hacer esta receta!

Tags: Alimentación